A inicios de los 1980s, el Dr. med. Ryke Geerd Hamer, un médico alemán, hizo un descubrimiento revolucionario al encontrar que las enfermedades, tales como el cáncer no son, como se asume generalmente disfunciones o malignidades sino en cambio Programas Biológicos Especiales de la Naturaleza con Sentido Biológico que asisten al individuo durante un estrés emocional inesperado.
El Dr. Hamer descubrió Cinco Leyes Biológicas que explican la causa, el desarrollo y la curación natural de las enfermedades en el contexto del desarrollo del organismo humano. Basado firmemente en nuestro conocimiento de la embriología, La Nueva Medicina Germánica (GNM) es una ciencia natural verdadera. Esto significa que las Cinco Leyes Biológicas son verificables en cada caso de cualquier paciente. Desde 1981, los descubrimientos del Dr. Hamer han sido puestos a prueba en más de 30 ocasiones por varios médicos y asociaciones profesionales y publicados a través de documentos firmados Todos los documentos dan muestra del 100% de precisión en los descubrimientos del Dr. Hamer.
COMO NACE LA NUEVA MEDICINA GERMÁNICA
La historia cuenta que la reputación y prestigio del Dr. Hamer, cambiarían en 1978 cuando la muerte de su hijo por un disparo le llevaría tanto a él como a su mujer a desarrollar sendos cánceres -él en un testículo, ella en una mama- no tardando mucho en relacionar ambos hechos. A partir de ese instante iniciaría una investigación que le llevaría a determinar lo que denominó “Ley de Hierro del Cáncer”, piedra angular alrededor de la cual se articularía lo que hoy se conoce como “La Nueva Medicina”, según la cual todo cáncer se debe a un shock traumático inesperado que se sufre en soledad. Agregando que ese trauma queda reflejado en forma de diana en el cerebro, lo que puede constatarse en todos los casos mediante un simple TAC cerebral.
EN QUE CONSISTE, BREVEMENTE.
En las palabras del Dr. François A. Monnot, el método del Dr. Hamer se basa en
una enfermedad grave o cáncer; a menudo está provocado por un choque psíquico, conflictivo, dramático, vivido en aislamiento, que pone rápidamente en marcha una lesión en el cerebro, posible de detectar en un escáner por personal entrenado; a la vez la misma causa hace impacto en un órgano determinado del resto del cuerpo, siempre idéntico a causa de un determinado origen.
El tratamiento se desprende de estos principios, y consiste en hacer que el enfermo tome conciencia del origen moral de su mal, en el curso de una conversación detallada, confiada y cálida, para que pueda reconocerlo por sí mismo, y relativizar la importancia y las consecuencias.
Con el escáner, los especialistas como el Dr. Hamer pueden controlar la evolución del foco cerebral
una enfermedad grave o cáncer; a menudo está provocado por un choque psíquico, conflictivo, dramático, vivido en aislamiento, que pone rápidamente en marcha una lesión en el cerebro, posible de detectar en un escáner por personal entrenado; a la vez la misma causa hace impacto en un órgano determinado del resto del cuerpo, siempre idéntico a causa de un determinado origen.
El tratamiento se desprende de estos principios, y consiste en hacer que el enfermo tome conciencia del origen moral de su mal, en el curso de una conversación detallada, confiada y cálida, para que pueda reconocerlo por sí mismo, y relativizar la importancia y las consecuencias.
Con el escáner, los especialistas como el Dr. Hamer pueden controlar la evolución del foco cerebral
Las Cinco Leyes Biológicas de Hamer
1. Ley Férrea del Cáncer (que
explica el origen de la enfermedad manifestada como cáncer)
2. Ley de la Simpacotonía y Vagotonía (que
explica la dinámica de la enfermedad)
3. Ley del Sistema Ontogénico de tumores y
enfermedades afines (que explica el origen de dichas afecciones)
4. Ley del Sistema Ontogénico de microbios y
bacterias (que explica lo que en realidad son las
infecciones)
5. Ley de la Quintaesencia o comprensión del sentido
de la enfermedad (con la cual se entiende que en realidad no hay
enfermedad sino un profundo sentido en toda la naturaleza).
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Cuando en 1981 el Dr. Hamer sufrió de cáncer en uno
de sus testículos, pudo percatarse de que la enfermedad se había originado
después de la muerte dramática e inesperada de su hijo Dirk. Tras reparar en el
hecho, tuvo oportunidad de subsanar el conflicto psíquico y el cáncer
desapareció. A partir de entonces, el doctor inició su búsqueda de los
conflictos psíquicos que originan las distintas manifestaciones de la
enfermedad en el organismo humano.
Siendo jefe de un servicio hospitalario en
Alemania, Hamer tuvo oportunidad de observar que siempre había una perfecta
correspondencia entre los conflictos psíquicos que reportaban haber sufrido
cada uno de sus pacientes y los órganos afectados por sus respectivas
enfermedades. Posteriormente, puesto que el Dr. Hamer también es diplomado en
radiología, tuvo la inspiración de indagar que ciertas manchas circulares
halladas en las placas de los escáneres cerebrales de sus pacientes los
"artefactos" que hasta entonces se consideraban como fallos
provocados por las máquinas en realidad
evidenciaban la existencia de un patrón de correspondencias entre la zona
cerebral donde éstas aparecían y los órganos afectados por el cáncer. Al
retomar todos los dossier de sus pacientes, el doctor verificó la relación que
había entre: a) los impactos psíquicos provocados por conflictos de orden
emocional, b) los órganos afectados por el cáncer, y c) la localización de las
manchas en los escáneres cerebrales (llamados focos de Hamer desde entonces). Con base
en las correlaciones que pudo hallar al analizar minuciosamente dicha
información, el doctor Hamer estableció las siguientes leyes:
1. Ley Férrea del Cáncer
Todos los tipos de cáncer
tienen como origen un síndrome psíquico vivido en aislamiento que nos pilla por
sorpresa. Esto significa que, si ante una situación
vivencial, hay una respuesta cuyo impacto emocional desequilibra psíquicamente
a una persona -situación que denomina Dirk Hamer Sindrom (DHS) en memoria de su hijo muerto-, dicho impacto
ocasiona también un impacto a nivel cerebral y un impacto a nivel orgánico. En
realidad este es el origen de toda manifestación de enfermedad, sin embargo,
para que se genere una manifestación tan fuerte como el cáncer, Hamer observó
que el impacto, además de ser verdaderamente dramático y pillar a la persona
completamente desprevenida, debe ser vivido en aislamiento.
"Cotidianamente vivimos en un ritmo denominado normatonía, marcado por el día y la noche. Todos tenemos pequeños problemas,
pequeñas preocupaciones, pero por la noche nos vamos a la cama y dormimos. Esto
es normal. El DHS es una situación que deviene cuando ocurre un hecho
inesperado que nos pilla desprevenidos y que vivimos en aislamiento. Eso es muy
importante porque según los estudios del Dr. Hamer, no se trata de cualquier
problema, ni es una situación de la infancia lejana, siempre es una situación
inesperada, dramática, y vivida en aislamiento que se ha dado en un pasado
reciente. El desencadenante de las enfermedades que padecemos
hoy es reciente. Seis meses, máximo un año atrás, excepto en algunos casos de
epilepsias o parálisis. Cuando una situación es
crónica desde hace mucho tiempo, tenemos que hay una situación con recesivas, que
es lo normal dentro de la situación que vive la persona. El DHS tiene que ver
con la forma de sentir de la persona, con la manera en que vive y experimenta
una situación conflictiva que lo
impacta. La misma situación puede desencadenar un cáncer en
diferentes órganos del cuerpo dependiendo de la forma en que dicha situación es
vivida por la persona. Es el sentir de la
persona lo que va a determinar la localización del impacto cerebral y con ello
el impacto al órgano afectado que corresponde a dicha localización
cerebral."
2. Ley de la Simpacotonía y Vagotonía
Toda aparición de un DHS
es seguido por una etapa de Simpacotonía (fase activa del conflicto), y otra de
Vagotonía (fase resolutiva o curativa del conflicto). Esto significa que tras la vivencia de un suceso
que nos ocasiona un conflicto psíquico, el organismo pone en marcha un sistema
para procesar y resolver las implicaciones de dicho conflicto a nivel
biológico. En la primera etapa, también llamada fase fría, el organismo se
prepara para enfrentar el conflicto. Este periodo de simpacotonía es muy importante, pues
permite a la persona sobrevivir a pesar del gran impacto que acaba de sufrir.
Normalmente cambia el carácter de la persona, puede estar irritable, nerviosa,
malhumorada; los familiares suelen notarla rara, dicen que le ha cambiado el
carácter. Come menos, duerme poco o no duerme, adelgaza, y las palmas de las
manos están muy frías. Por el contrario, durante la siguiente etapa que es la
fase de vagotonía o fase
caliente, el organismo va a llegar a la resolución del conflicto. Aquí es donde
empieza en realidad la curación, sin embargo hasta ahora se había estado
pensando que esto era la enfermedad, puesto que es aquí cuando aparecen los
primeros síntomas físicos evidentes que pueden ser desde ulceraciones hasta
tumoraciones cancerígenas, en función de la zona cerebral que haya sido
afectada durante el DHS.
"Es muy importante comprender esta ley porque
si se entiende bien, se entiende el fundamento de esta nueva perspectiva.
Tenemos un sistema biológico extraordinariamente bien concebido para proteger
la vida. El DHS, es más que un simple estrés, se trata de una grave
preocupación y este profundo impacto cerebral, va a desencadenar en el
organismo una reacción, una respuesta que se llama de simpacotonía. A partir de
la aparición del DHS todo nuestro organismo entra en estado de emergencia para
intentar buscar una salida a esta situación tan dramática que nos agobia. En
este combate que se inicia, toda nuestra energía se va a centrar en un punto
para encontrar una salida y eso va a hacer que nuestro cuerpo se enfríe en esos
momentos. La segunda fase, la de vagotonía, va a llevar a la resolución del
conflicto. Esta es la terapia natural que ofrece la naturaleza. Esta es la fase
de reparación. En la primera es donde se combate. Ahora descansamos y nos
recuperamos. Aquí es donde empieza la curación y aparecen los primeros síntomas
de la enfermedad, de lo que llamamos e interpretamos como enfermedad. Aparece
edematización en el foco de Hammer y en el órgano afectado. Edematizar
significa que el órgano se hincha de líquido, está inflamado. El cerebro es
como una esponja, cuando hay edematización, se hincha de líquido y eso puede
provocar dolor cerebral y a nivel del órgano también. Los tres niveles,
psíquico (emocional), cerebral (mental) y orgánico (corporal), se reparan
simultáneamente. Los dos niveles que podemos ver, el del cerebro y el del
órgano, aparecen hinchados y esto resulta muy evidente en un tac (Tomógrafo
Axial Computarizado). En esta fase va a haber fatiga,
pueden haber pérdidas de sangre, puede haber fiebre, pueden haber dolores,
sudoración... hasta el día en que aparece la crisis epileptoide o crisis de
curación que, dependiendo de la enfermedad, puede presentarse como un punto de
máximo agotamiento o de fiebre intensa en el que sube la temperatura hasta 40
grados, por ejemplo. Cada tipo de conflicto va a desencadenar una manifestación
diferente. Cuando hay conflictos que afectan la motricidad, la crisis no es epileptoide
sino epiléptica, con los espasmos conocidos. En la primera parte de la
vagotonía los síntomas son tolerables, en la segunda se incrementan y en la
tercera, parecen alarmantes. Es cuando se suele recurrir al médico. Cuando se
hacen análisis puede que los valores sanguíneos aparezcan alterados. Los
marcadores tumorales (las pruebas que se hacen ahora para el cáncer), pueden
estar disparados. Los médicos se alarman, pero no se asustarían tanto si
entendieran que es el principio de un proceso de curación. El mensaje de este
proceso biológico es "descansa, reposa, permanece en quietud".
Desgraciadamente en esta fase reparadora, que es donde hay más síntomas, es
cuando más nos alarmamos, y a veces lo que ocurre es que terminamos muriéndonos
de miedo. Cuando uno va al médico llega con un conflicto, pero sale con dos, el
segundo es que uno sale muerto de miedo. El médico trabaja con toda su buena
voluntad, pero no conoce esta perspectiva. Ahora vosotros la conocéis. Esta
etapa de crisis epiléptica o epileptoide es el estupendo sistema que ha
encontrado la Madre Naturaleza para poder evacuar los edemas a nivel cerebral,
que es el nivel más peligroso. En esta etapa de vagotonía, hay una breve parte
en la que por algunos momentos vuelves al estado de simpacotonía y ocurre una
vasocostricción que aprieta y ayuda a evacuar el edema, especialmente a nivel
cerebral. En el momento de estas crisis epileptoides, dependiendo de la
magnitud, es posible que la persona se orine encima. Va a haber un pico de
fiebre alta y sudoración, que son los medios naturales que el cuerpo tiene para
refrescarse, para enfriarse cuando ha habido esta situación. Para ayudar a
pasar este momento a la persona, las cosas pueden variar dependiendo del daño
que hay y de los síntomas, pero por ejemplo se puede ayudar aplicando compresas
frías a nivel local y a nivel cerebral. Podéis ver que en general no hacen
falta medicamentos muy caros ni procesos muy sofisticados."
3. Ley del sistema de ontología de los tumores y enfermedades afines
Cuando el DHS impacta una
zona perteneciente al endodermo o mesodermo, durante la fase activa del
conflicto se generan proliferación celular o tumoraciones en los órganos
correspondientes, mientras que cuando se impacta una zona dentro del ectodermo,
durante la fase activa se generan necrosis o ulceraciones en los órganos correspondientes. Cada órgano que hay en el cuerpo tiene un relé cerebral, o
sea, una correspondencia con cierta zona específica del cerebro humano que está
dividido en tres capas: 1) endodermo (tronco cerebral y cerebelo), 2)
mesodermo, y 3) ectodermo (córtex cerebral). Dependiendo de la zona carebral
impactada durante el DHS, tendremos una manifestación diferente de dicho
impacto en el órgano correspondiente a dicha zona.
"Pensando en las necesidades de los primeros
mamíferos, que son las que tenía que enfrentar el cerebro arcaico (el
endodermo), tenemos que si al intestino llega por ejemplo un trozo de hueso, el
organismo pone en marcha un programa de emergencia que se gobierna desde el
tronco cerebral, quien ordena una multiplicación celular en el punto donde se
encuentra el atasco provocado por el hueso. Esto significa que va a haber
intestino de más, o sea, va a haber un tumor que va a ocasionar que se produzca
más ácido gástrico y este exceso de secreción va a hacer que este hueso que se
ha atascado pueda digerirse, pueda evacuarse. El tumor tiene la función de digerir el hueso o lo que está atascado. Y lo mismo ocurre a nivel psíquico cuando no
podemos digerir lo que nos ha ocurrido. En un conflicto figurado, en una
situación que dices "esto no me lo trago, no lo puedo digerir" el
intestino va a hacer una proliferación celular para intentar digerir alguna
situación que a la persona le parece indigesta. "Lo que me ha hecho es una
mala jugada, esto no lo digiero", esto no es objetivo, es subjetivo, pero
el intestino responde de la misma manera. Por ejemplo, el vecino de una persona
aparcaba siempre el auto en el camino que iba hacia su cochera. Él le dijo un
par de veces que no aparcara el auto en su parcela, y al cabo del tiempo se
enteró de que el jardín pertenecía a ambos, pero el vecino ya se había ido al
juzgado a poner una denuncia sin avisarle previamente a la persona. Esta
persona vive esto como una mala jugada porque él cuando le molestó el coche lo
avisó y lo intentó arreglar amigablemente, y el hecho de que el vecino se
hubiera ido directamente al juzgado sin intentar hacer un acuerdo previo, le
pareció una mala jugada. Para digerir esta situación subjetivamente indigesta,
su cuerpo respondió produciendo un temor. Mientras dura la simpacotomía, hay
una hiperactividad en el intestino hasta que encuentra una solución.
El tronco cerebral que es la parte más interna,
constituye el cerebro arcaico y está en correlación con el tejido endodérmico,
por lo que todos los órganos que corresponden a esta zona, van a generar
tumores en la fase activa del conflicto. Por ejemplo, entre los relés que en un
tac aparecen en la zona del tronco cerebral encontramos alvéolos pulmonares,
intestino, hígado, próstata y la matriz, por lo que en la fase activa de un
conflicto de sensibilidad en el que se vean afectados estos órganos, va a haber
proliferación celular, lo que significa, aparición de una tumoración, que es
tejido de más. Desde el punto de vista del sentido biológico, este tumor es
indispensable. También todos los relés del cerebelo, al que corresponden las
mamas y los tejidos de protección como la pleura, el pericardio, peritoneo,
meninges y la piel, generan proliferación celular. Es increíble lo que la
naturaleza ha dispuesto para situaciones de protección ante las agresiones. Si
alguien te insulta o habla mal de ti a tus espaldas y es un hecho muy dramático
de graves consecuencias, puedes crear un melanoma en la espalda que es una
proliferación celular de la dermis en la espalda. La idea es la protección. Si
hay ataques contra el corazón, lo protege el pericardio; si hay un órgano que
es importante proteger es el corazón porque si éste no funciona, ya no hay
vida. Para proteger mejor, el pericarpio y éstos órganos se hacen más densos.
El pericarpio por ejemplo, se llena de pequeñas tumoraciones que hacen una capa
más espesa, más gruesa para formar una coraza, y eso ocurre en la fase activa
del conflicto. Los órganos que tienen relés en el ectodermo, tales como las
vías biliares, durante la fase activa van a hacer ulceraciones o necrosis de
tejido. En una hepatitis viral, por ejemplo, la persona está en vagotonía, está
en resolución, se están limpiando las vías biliares del hígado que pertenecen a
la hoja embrionaria del ectodermo, el conflicto es contrariedad, rencor en el
territorio. La persona tiene dolor en la zona porque las vías biliares se
hinchan y la gran fatiga que acompaña a la hepatitis es un requerimiento de la
naturaleza para que la persona permanezca en reposo ya que se necesita mucha
energía en estos momentos para efectuar la reparación de la zona dañada.
Les voy a poner algunos ejemplos para que todo esto
se entienda mejor. El primero es el caso de una mujer a la que le diagnostican
cáncer en la mama izquierda. Es una mujer zurda que vive en la actualidad y de
la que yo puedo dar testimonio. Cuando yo recibo a esta señora, le digo:
"Señora, de acuerdo al esquema de Hammer usted tiene un conflicto con su
pareja." Ella me dice: "No, no, no. Yo tengo un conflicto con mi
madre, no con mi pareja", y durante toda una hora me cuenta los conflictos
que tiene con su madre. Yo le digo: "Vale, efectivamente, usted tiene un
conflicto con su madre porque en el escáner cerebral puedo apreciar que
efectivamente hay un foco de Hammer en la zona que corresponde a la mama
derecha, lo cual indica que hay un conflicto latente con su madre, ese es un
conflicto antiguo que tampoco está curado; sin embargo, la mama izquierda es la
que en estos momentos está teniendo mucha sintomatología, lo cual indica que
está usted pasando por una fase de resolución de un conflicto de separación de
una pareja." Ella me dice nuevamente "No". Yo insisto y le digo
"Ha perdido a un compañero que es como si se lo hubieran arrancado de su
pecho". Y en ese momento la mujer reaccionó y me dijo: "¡Es cierto!
Murió un hombre sobre mi pecho izquierdo. Pero no era mi compañero. Era el
marido de mi mejor amiga". Pero resulta que ella estaba platónicamente
enamorada de él y en el momento en el que expiraba, ella sintió una gran
desesperación y un imperioso deseo de retenerlo, de querer darle vida, de
querer nutrirlo. Y el impacto de que no pudo hacer nada para evitarlo y de que
además murió en sus brazos y no en los de su amiga, fue un impacto biológico
que vivió en soledad, y que no sabía como confrontarse con esa vivencia. Eso
duró seis meses, hasta que decidió irse de vacaciones con su amiga y ambas
finalmente se sinceraron, compartieron su dolor e incluso le explicó a su amiga
toda la verdad de lo que había pasado y cómo lo había sentido. Y gracias a ello
finalmente pudo liberarse de ese peso y solucionar ese conflicto y fue cuando
apareció el tumor en su mama izquierda.
Tenemos también el caso de un hombre que era socio de
una empresa dedicada a la fabricación de PVC que vendía sus productos en
distintos países. Vino a verme porque tenía un cáncer en los testículos. En
esta fase activa viene y me dice. "Me estoy quedando sin testículo, ¿qué
me está pasando?" Y yo le digo "Usted ha hecho un conflicto de
pérdida. Usted ha perdido a alguien, un ser muy querido". Y su mujer que
venía acompañándolo, me dice: ¡Oh, lo que ha perdido mi marido es mucho dinero.
Han cerrado varias sucursales por la situación económica tan difícil y ha
tenido una gran pérdida, pero económica." Y yo le digo: "Sí, pero
esto en el testículo tiene un matiz sexual y de una mala jugada", Yo pensé
por un momento que quizá el hombre había tenido una amante y dejé insinuar
vagamente esta posibilidad. Pero el hombre lo negó categóricamente. Entonces le
dije: "A lo mejor ha perdido usted un animal". Y el hombre se puso a
llorar y me dijo: "Sí, sí, he perdido a mi gato". Y allí estaba ese
hombre tan grande y tan influyente llorando por la muerte de un gato. Y uno piensa,
este hombre que ha tenido que despedir a tanta gente y ha perdido tanto dinero,
¿qué puede representar para él la muerte de un gato? Pero no es exactamente la
muerte del gato lo que ha hecho la enfermedad. Él está de viaje y su mujer le
telefonea para decirle que el gato al que tanto afecto le tiene, ha muerto. Él
le pide que lleven al gato al centro veterinario para ponerlo en la cámara
frigorífica para que cuando él vuelva lo pueda enterrar. Él quiere enterrar a
su gato, pero cuando llega de viaje y se va directamente a la clínica, se
entera de que el veterinario no tiene ningún gato. Va a su casa y pregunta por
su gato. Le dicen que lo han enterrado en el jardín. En ese momento es cuando
recibe el impacto porque la esposa y los dos hijos le dicen que era una
tontería, que no iban a pasar vergüenzas en el veterinario porque él quería
enterrar a un gato, que simplemente lo enterraron y ya. Y es el dolor por esa
falta de sensibilidad, de atención a sus sentimientos, que le causa un impacto
tremendo, ese es el momento del DHS. Para él era una pérdida porque tenía un
cariño muy especial a ese gato. Y encima no han cumplido su voluntad... Eso es
lo que le da el matiz de mala jugada. Además constantemente le pedía a su mujer
que fueran a buscar un gatito porque él quería tener otro gatito en la casa,
pero la mujer se negaba. Y yo les dije: "Bueno, pues en este caso, hay que
elegir: el testículo o el gato". Cuando salieron de la consulta, la mujer
todavía no quería tener a otro gato, pero finalmente lo discutieron, lo
hablaron, adquirieron otro gato y este hombre se curó. Desde el momento del
impacto hasta el momento que compraron otro gato, él fue haciendo conflicto y
perdiendo masa del testículo. Lo que genera el conflicto, el DHS, visto desde
afuera puede parecer algo muy anodino, pero para este hombre, el animal era
sumamente importante, era el que mantenía el clima de familia, un animal crea
un ambiente, crea un clima en la familia. Si hay una disputa en la familia, de
repente el gato, el perro entrar y te lamen, te dan la pata y se para la
discusión...
Otro caso muy típico es del cáncer de hígado, que
está vinculado al sentimiento de carencia material, de carencia de dinero.
Tenemos el caso de un hombre al que cuando le faltan dos años para el retiro,
el director de la compañía donde trabaja lo llama a su despacho y le dice que
ha pensado en darle un retiro anticipado para incorporar personal más joven en
la empresa. En ese momento el hombre sufre un gran impacto ya que el preretiro
implica una baja respecto a sus ingresos regulares, y al pensar en sus cuatro
hijos, se angustia porque siente que ya no podrá pagar su educación.
Biológicamente aquí es donde comienza su conflicto. Comienza su lucha al pensar
en cómo poder pagar los estudios de sus cuatro hijos. Durante la fase de
simpacotonía hace negociaciones con el director, va al sindicato, intenta
lograr un buen acuerdo. Y en esa fase de combate, un día se presenta con toda
su buena fe al director y le dice: "Bueno, está bien, yo acepto este
retiro anticipado, pero tú contratas a dos de mis hijos en la empresa". El
director dice "Vale, contrato uno, pero no los dos". Y el hombre
insiste en que no se saldrá hasta que contrate a los dos. El conflicto se
prolonga y finalmente llegan a un acuerdo, pero durante todo ese tiempo de
incertidumbre, el hombre genera un cáncer en el hígado. El sentido biológico
del hígado es hacer reserva mientras él lucha para encontrar una solución para
el futuro de sus hijos. Si este mismo hombre hubiese vivido el conflicto como una
pérdida de territorialidad, hubiese desarrollado una afección en las
coronarias. El hecho de que su primer pensamiento ante la noticia del retiro
anticipado haya sido "¿cómo voy a pagar los estudios de mis hijos?"
en vez de pensar "¿qué voy a hacer ahora sin trabajo?" determinó que
el órgano afectado fuese el hígado y no las coronarias."
4. Ley del sistema de
ontogénesis de los microbios y bacterias
Los microbios, bacterias
y virus colaboran con el organismo durante la fase de curación. Si el DHS ha afectado un relé que se encuentra en
el endodermo o en el mesodermo, durante la fase de resolución aparecerán
hongos, microbacterias y gérmenes que ayudarán a eliminar la proliferación
celular o la tumoración que se produjo durante la fase activa; mientras que si
se afectó el ectodermo, durante la fase de resolución aparecerán
microorganismos y virus que ayudarán a restaurar las necrosis o ulceraciones
producidas en la fase activa del conflicto.
"Esta ley cambia totalmente la creencia de que
los microorganismos son perjudiciales, pues bajo esta perspectiva, no producen
la enfermedad, sino que aparecen o proliferan durante la fase de reparación que pone
en marcha el organismo y colaboran en sus tareas de restauración. En la fase de
curación aparece el proceso inverso al que se desató durante la fase activa y
se pone en marcha un programa especial de eliminación de lo que se haya
producido durante la fase activa. Por ejemplo puede haber una citis en
peritoneo, y lo que va a hacer esa citis, ese líquido, ese edema, es favorecer
la llegada de microorganismo para la evacuación de todos estos pequeños tumores
del peritoneo. También tenemos a nuestros amigos los virus y ya sabéis hoy en
día todo lo que se les rehuye, todo lo que se habla sobre las enfermedades de
origen viral y toda la responsabilidad que se les hecha encima, cuando en realidad
los virus tienen principalmente un rol de transportadores de las proteínas y
sustancias nutritivas para rellenar las úlceras. Por ejemplo en una enfermedad
de origen viral como la rubéola, en la fase activa del conflicto hay como
pequeñitas lesiones, ulceraciones en la piel, y en la fase de curación,
nuestros amigos los virus vienen a hacer el relleno. Pero sólo causarán una
enfermedad viral las personas que
lleguen a una fase de resolución, a una etapa de vagotonía. Nunca habrá ninguna
infección por ningún virus o microorganismo en la fase de simpacotonía, siempre
intervienen en la fase de vagotonía. Esta fase es la más importante en todo el
proceso. Después de la crisis epileptoide o de curación, el cerebro conserva
aún algo de edema. Este edema residual tiene un sentido biológico muy profundo,
especialmente en los casos donde aparecen tumores porque va a permitir que se
evacue o se enquiste la tumoración. Dependiendo de la hoja embrionaria donde
está asentada esta tumoración, hay algunos tumores que se desprenden y se
evacuan, otros se enquistan y quedan perfectamente bien delimitados y
enquistados. Sin embargo hay personas que pueden morir en esta fase. Eso es una
realidad, dependiendo de la gravedad y del órgano lesionado. Por ejemplo, algo
que puede ser mortal son las lesiones en las coronarias, donde se muere de un
infarto al miocardio. Cuando una persona muere por esta causa es que ha tenido
un conflicto que ha durado más de nueve meses y hay una importante lesión. El
edema es excesivo y en esa fase de crisis. Sólo en caso de que el conflicto haya durado más de nueve meses afectado
a las coronarias hay un infarto mortal, si ha durado menos hay pequeños infartos que afecta una zona
determinada y la persona puede curativa no logra desprenderse y allí hay un
colapso que impide acceder a la normatonía sobrevivir y solucionar su
conflicto. Toda vez que se presenta esta crisis de curación hay otras tres
semanas en las que se observa una gran fatiga. Es una fase exudativa en la que
el cuerpo limpia o expulsa lo que no necesita. Como requiere mucha energía para
terminar de reparar y limpiar la zona dañada, impone un descanso que resulta
imprescindible. En esta fase el paciente debe estar muy bien cuidado porque es
una fase en la que está muy sensible, muy receptivo y es muy vulnerable a caer
nuevamente en otro conflicto. Evidentemente en esta fase puede haber mucho
dolor, como por ejemplo en el cáncer de huesos porque el periosto, la capa que
recubre el hueso, que es la única que está enervada, se despega debido al edema
y esto es extremadamente doloroso. En esta fase hay que ser muy paciente. No
tener miedo y no decir, "Sí, pero esto se está haciendo muy lago, no
sé..." No. Hay que entender lo que pasa, hay que saber que es natural y
hay que tener mucha paciencia, protegiendo y rodeando a esta persona durante un
mes o mes y medio para que esté tranquila y luego esto se supera y se vuelve a
una normatonía."
5. Ley de la Quintaesencia o comprensión del sentido
de la enfermedad
Toda enfermedad es un
programa especial que pone en marcha la naturaleza y tiene un profundo sentido
biológico. Debajo de los malestares, dolores, trastornos y
estorbos, la naturaleza nos brinda la oportunidad de poder recuperarnos y
compensar los desgastes provocados por los conflictos biológicos que originan
los conflictos psíquicos. Si observamos bien, comprendemos y no tenemos pánico,
volveremos de nuevo a estar curados y regenerados.
"Es la quintaesencia, la deducción que se puede
extraer de las otras cuatro leyes. En esta nueva perspectiva de la Medicinad el
Corazón, no hay benigno ni maligno, sólo hay el profundo sentido biológico de
la naturaleza, los ritmos de normatonía, simpacotonía, vagotonía, normatonía...
Y todo esto tiene un profundo sentido. Es necesario advertir que esto es un
esquema ideal, esto supone que la persona soluciona el conflicto y todo va
bien, pero por desgracia este esquema no suele presentarse mucho aún porque el
solo hecho de ir al médico provoca lo que ellos llaman metástasis, una
hipótesis que nunca ha sido probada, como pasa con la mayoría de los conceptos
de la medicina actual. O sea que el mismo cáncer "se extiende" hacia
más de un órgano, cuando lo que en realidad ocurre es que hay más de un
conflicto activo. Por ejemplo en el caso del señor con cáncer en el hígado, si
además de preocuparse por la subsistencia afectando su hígado, también se
hubiera sentido desvalorizado, podría haber afectado sus huesos y presentar las
dos afecciones. No obstante, como los médicos no comprenden esto, piensan que
el paciente está muy grave y al ofrecer tal diagnóstico generamos un tercer
conflicto provocado por el miedo: "Me voy a morir, de esta no me
salvo..." o "Me voy a morir y qué va a ser de mis hijos, estos niños
tan pequeños..." Entonces cuando la persona regresa al médico un mes
después, ya no sólo tiene cáncer en hígado y huesos, sino cáncer de
pulmón."