Dra Fabiana Satto

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Médico Cirujano-Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Terapeuta Floral: BFRP (Practitioners registrado en la Fundación Bach) Medicina Integrativa.Biodecodificadora. Reiki Master Sistema Tradicional Usui. Conferencista de temas de Autoayuda. Coordinadora Regional de Cursos y Talleres de Costelaciones Familiares y Ordenes del Amor. Otras Herramientas en las que me formé y me nutrieron en estos años de estudios:Homeopatía,PNL, Mediación en conflictos, Inteligencia Emocional, Fitoterapia, Gemoterapia, Radiestesia, Cromoterapia, Eneagrama,Ireca, Feng Shui, Merkaba, Numerología, Calendario Maya, Metafísica, Gnosis, Registros Akashicos.

lunes, octubre 26, 2009

20 de octubre Dia del Pediatra


El día Nacional de la Pediatría se instauró el 20 de octubre de 1911, día en el que se fundó la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP); ésto es lo menos importante.
Mi homenaje a todos los pediatras de la página si los hay en su día.
Les quería contar una historia sobre alguien a quien se considera el padre de la pediatría
Empecemos por contar la historia de un maestro: Janusz Korczak, y sus niños, como un símbolo que condensa, en la historia, el tema de la crueldad humana.
La historia tiene sus héroes, y sus héroes configuran la historia, y también, a lo largo del tiempo, pasan a constituir el eje de un mito de un pueblo, de una nación o de la humanidad entera.
El decía...“Lo más fácil es morir por un ideal, con un punto final en una tumba de flores. Lo verdaderamente difícil es vivir con y para un ideal, día tras día, año tras año, una vida entera”.
En este caso, ser un médico querido por sus enfermos, y morir respetado por todos no es tan difícil. Lo difícil fue vivir por un ideal, en este caso de Justicia (y de piedad), y mantenerlo incluso a costa de su vida, en bien de los niños.
Wasserstug escribió acerca de Janusz: “Para él, la niñez era el hombre mismo. El niño era la clave de todo lo humano y deseaba liberar al niño de la dictadura del adulto”.
Él no tuvo hijos y albergó en una institución para niños pobres, los niños que consideró sus hijos: en el orfanato de la calle Kroshmalna Nª 92.
Se lo describe así: “Yo lo he visto de cerca en su rol de padre y pedagogo. Lo he visto bañarlos y limpiarles los zapatos, compartí sus tristezas, sus inquietudes y sus alegrías. Su dolor por los niños enfermos, cuando en punta de pie vigilando de noche a los afiebrados; arreglando las frazadas y almohadones desordenados, en el inquieto sueño, como un ángel guardián”. Vino la guerra y esta historia terminó a partir de agosto de 1942, cuando el Doctor Korczak acompañó a sus doscientos niños a las cámaras de gas de Treblinka. No iba a dejar a los niños en la soledad de la muerte. Pasó por las calles de Varsovia con su delgada figura llevando de cada mano a uno de ellos, en formación de cuatro. Con el doctor a la cabeza “nada malo puede pasarles”. Así conjuraba al Mal y a la muerte misma.

El 5 de agosto (o 6 de agosto según otra fuentes) los soldados alemanes llegaron al Getto para recoger a 192 huérfanos (algunas fuentes mencionan que fueron 196) y a una docena de empleados del orfelinato para llevarlos al campo de exterminio en Treblinka. A Korkzac le fue ofrecido santuario en el "Aryan side" de Varsovia pero lo rehusó repetidas veces pues decía que no podía abandonar a sus niños y que sólo aceptaría la oferta si se le permitía llevar consigo a sus niños. De este modo, el día señalado los niños vestidos con sus mejores ropas y cargando su juguete o libro favorito caminaban en procesión junto a Korkzac hacia a punto de embarque, rumbo a los campos de la muerte. Joshua Perle, un testigo del hecho describió el evento:

"Janusz Korczak y los niños" en Yad Vashem"... había ocurrido un milagro, docientos niños que no lloraban, docientas almas puras condenadas a la muerte y no derramaban una lágrima. Ninguno trato de huir, ninguno trato de escapar. Tragando su dolor se aferraban a su maestro y mentor, a su padre y hermano Janusz Korczak, quien los protegería. Janus Korckzak marchaba con la frente en alto, sosteniendo la mano de uno de sus niños, no llevaba sombrero, tenía una correa de cuero alrededor de su cintura y calzaba botas altas. Los docientos niños meticulosamente y prolijamente vestidos seguían a las enfermeras hacia el altar (...). Por todos lados, los niños estaba rodeados de alemanes, ucranianos, y en ese momento también por la policía judía quienes les lanzaban golpes con las macanas o garrotes y les disparaban con armas de fuego. Las misma piedras de la calle lloraban en silencio al ver la procesión."

Según una leyenda popular, cuando el grupo de niños finalmente llegó al punto de embarque, un oficial de la SS reconoció a Korckzac como el autor de uno de los libros favoritos de sus hijos y le ofreció ayuda para escaparse, sin embargo una vez rechazo la oferta y abordo el tren con sus niños, tras lo cual nunca mas se supo de él.

Tiempo después, se iniciaron rumores de que el tren había sido desviado y que Korkzak y sus niños habían sobrevivido al holocausto. No obstante, no se encontraron fuentes verificables de esta historia y lo mas probable es que tanto él como los niños hallan sido asesinados en la cámara al arribar a Treblinka. En el cementerio Powązki de Varsovia se le ha dedicado un mausoleo conmemorativo.

Penelope G.

La foto del encabezado fue tomada por el Dr. Carlos Arizabalo, pediatra de mi querida ciudad de Concordia.

Dra FAbiana Satto